¿Qué es la discapacidad intelectual?

Según la Asociación Americana de Discapacidades Intelectuales y del Desarrollo (AAIDD), a la cual adscribe Fundación Coanil, la discapacidad intelectual se caracteriza por la presencia de desafíos en procesos cognitivos y de aprendizaje, además de dificultades en la conducta adaptativa, entendidas como la capacidad para responder de manera efectiva a las demandas del medio. En ambos casos, la identificación depende del uso de pruebas estandarizadas de aplicación individual.

Se entiende además que es una condición del neurodesarrollo por tanto, se hace manifiesta antes de los 22 años. Sus características pueden tardar en hacerse notar y en lo formal solo hablamos de discapacidad intelectual desde los 6 años de edad.

Discapacidad en cifras

17,6%
17,6%
de la población adulta presenta alguna discapacidad (2.703.893)
14,7%
14,7%
de la población de niñas, niños y adolescentes presenta alguna discapacidad (587.709)
9,8%
9,8%
de la población adulta se encuentra en situación de dependencia (1.498.977)

Fuente: Encuesta Nacional de Discapacidad y Dependencia 2022, ENDIDE 2022.

Características de la discapacidad intelectual

La discapacidad intelectual se clasifica dentro de las condiciones del neurodesarrollo en los manuales internacionales (DSM-V-TR y CIE-11), cumpliendo los siguientes criterios:

Desafíos en la cognición y del aprendizaje

Razonamiento, resolución de problemas, planificación, pensamiento abstracto, juicio, aprendizaje académico y aprendizaje a partir de la experiencia.

Limitaciones a la conducta adaptativa

Hay barreras que entorpecen el cumplimento de los estándares esperados según cada cultura y medio, en términos de autonomía personal y responsabilidad social.

Estas características, las que deben ser confirmadas mediante la evaluación clínica, limitan el funcionamiento en una o más actividades de la vida cotidiana, como la comunicación, la participación social y la vida independiente en múltiples entornos tales como el hogar, la escuela, el trabajo y la comunidad.

De esta forma, la identificación profesional temprana, la detección e implementación de apoyos a tiempo y el monitoreo de los cambios necesarios a esos apoyos en el tiempo son aspectos fundamentales para que las personas con discapacidad intelectual gocen del pleno derecho y total participación.

Escala de Intensidad de Apoyos, SIS

sis

Escala de Intensidad de Apoyos, SIS

Las características varían, dependiendo de la intensidad de las necesidades de apoyo que presente la persona con discapacidad intelectual o trastornos del desarrollo, según la Escala de Intensidad de Apoyos, SIS, elaborada por la AAIDD.

La escala SIS se ha convertido en el instrumento estándar para evaluar cuánto apoyo del entorno y en qué grado lo requerirá la persona, para adaptarse a los distintos contextos de su vida.

Esta entrega información sistemática y esencial para planificar las ayudas necesarias, puesto que analiza 49 tipos de actividades de la vida agrupadas en seis subescalas de apoyo: vida en el hogar, vida en la comunidad, aprendizaje a lo largo de la vida, empleo, salud y seguridad y actividades sociales.

¿Cómo se definen los apoyos?

Como recursos y estrategias que promueven los intereses y el bienestar de las personas y que tienen como resultado una mayor independencia y productividad personal, mayor participación en una sociedad interdependiente, mayor integración comunitaria y una mejor calidad de vida (Thompson, Hughes et al., 2002, p. 390).

Características que pueden presentar las personas con discapacidad intelectual

Dificultades para

Pensamiento y aprendizaje

  • Resolver problemas.
  • Pensar de forma abstracta.
  • Comprender ideas complejas.
  • Aprender de la experiencia y con rapidez.
Dificultades para

Razonamiento y planificación

  • Planificar e implementar.
  • Resolver problemas sociales.
  • Pensar con flexibilidad.
  • Tomar decisiones.
Dificultades para

Aprendizaje a partir de la experiencia

  • Generalizar el aprendizaje de experiencias pasadas.
  • Aceptar su discapacidad.
  • No desear complacer a las figuras de autoridad.
  • No ser crédulo o ingenuo.

Fuente: Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, DSM-5, de la Asociación Americana de Psiquiatría (APA).

Mitos en torno a la discapacidad intelectual

Derribando mitos de la discapacidad intelectual

1. Es una enfermedad

La discapacidad intelectual no es una enfermedad, si no una condición donde hay trayectorias de desarrollo que son diferentes a lo comúnmente observado. Las personas con discapacidad intelectual son sujetos de pleno derecho y es deber del Estado y la sociedad trabajar para disminuir las barreras y elevar su participación en igualdad de oportunidades. Cada persona requiere un patrón de apoyos que le es específico y dimensional, además de ser dinámico pues cambia con el tiempo. En algunos casos puntuales en que hay áreas que requieren de apoyos profundos y sistemáticos, es posible que se requiere de atención en salud.

2. Las personas con discapacidad intelectual no pueden aprender

Las personas con discapacidad intelectual sí pueden aprender. Su ritmo de aprendizaje es diferente y dependerá de múltiples factores como las necesidades de apoyo y los contextos donde se desarrollen. Una estimulación educacional temprana y la entrega de herramientas sociales son fundamentales para que las personas puedan desenvolverse con las menores limitaciones posibles.

3. Las personas con discapacidad intelectual no pueden trabajar ni ser independientes

Las personas con discapacidad intelectual pueden aprender, desarrollar habilidades y trabajar. La pronta detección de la discapacidad intelectual y un despliegue de apoyos adecuados, permite que las barreras disminuyan significativamente y que estas personas alcancen autonomía e independencia. Es importante recordar que la autonomía y la independencia tienen relación con las decisiones relativas a cómo queremos vivir y no necesariamente se relacionan con vivir solos.

4. Las personas con discapacidad intelectual necesitan protección y supervisión toda la vida

No, las personas con discapacidad intelectual necesitan planes de acompañamiento que permitan garantizar su derecho y participación. Los apoyos son individuales y dinámicos en el tiempo. Una buena parte de los apoyos que se ofrecen apoyan el desarrollo de la autonomía progresiva en niñas, niños y adolescentes, mientras que otros van pavimentando el camino para una expresión libre de autonomía, auto representatividad y libertad en la edad adulta. Como todas las personas, algunas personas mayores con discapacidad intelectual pueden requerir de apoyos y cuidados especiales.

¿Qué hacemos nosotros por la discapacidad intelectual?

Nuestro modelo de atención

modelo de atención

Nuestro modelo de atención

Nuestros programas se guían por un marco conceptual y uno teórico, que adscriben a las convenciones firmadas por Chile y a las estrategias de intervención, mediante modelos basados en evidencia que buscan las condiciones adecuadas para proporcionar protección, capacitación y seguridad social a las personas con discapacidad intelectual que apoyamos en la fundación.

Nuestro marco conceptual

modelo de atención

Nuestro marco conceptual

  • Convención sobre Personas con Discapacidad (CDPD).
  • Convención sobre los Derechos del Niño (CIDN).
  • Convención Interamericana para la eliminación de todas las formas de discriminación contra las Personas con Discapacidad.
  • Directrices de Naciones Unidas sobre las Modalidades Alternativas de Cuidado de los Niños.

Nuestro marco teórico

Cada una de las dimensiones del ser humano -biológicas, psicosociales y culturales- influyen en el desarrollo humano y la modificación de cualquiera de estas va a generar un impacto en la integralidad de la persona.

Garantiza, promueve y resguarda la accesibilidad de las personas con discapacidad a todo tipo de espacios y/o dispositivos que favorezcan su participación plena en igualdad ante la sociedad.

 El enfoque de derechos respeta la dignidad humana e implica hacia las usuarias y usuarios:

  • Reconocimiento de los apoyos que cada uno necesita.
  • Valoración por el ser único que es cada persona, con independencia de cualquier consideración social, económica, cultural, edad o preferencia religiosa o sexual.
  • Considerar el desarrollo de la autonomía de las personas para garantizar su dignidad.

Las y los usuarios de los programas de nuestra Fundación son sujetos y titulares de derechos y nuestras estrategias de abordaje deben facilitar este ejercicio pleno.

Enfoque teórico y práctico que busca mejorar la calidad de vida de las personas con discapacidad intelectual y del desarrollo, centrándose en la persona, la inclusión social y la provisión de apoyos y oportunidades para su crecimiento y desarrollo.

Se rige por cuatro elementos principales:

  1. Valores fundamentales: incluyen los derechos humanos y legales, la autodeterminación y el énfasis en la inclusión social y la equidad para las personas con discapacidad y sus familias.
  2. Dimensiones de calidad de vida individual y familiar: se refieren a los aspectos importantes de la vida de una persona, como la salud, la educación, el trabajo y la vida social.
  3. Sistema de apoyos: busca proporcionar las herramientas y los recursos necesarios para que las personas con discapacidad puedan alcanzar sus metas y vivir de manera autónoma.
  4. Condiciones facilitadoras: se refieren a las oportunidades y apoyos basados en valores que ayudan a las personas a funcionar mejor en la vida.

Información de discapacidad intelectual

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